La permanencia de Grecia en el euro vuelve a cuestionarse

Incluso tras la sustitución del ministro de Finanzas griego Yanis Varoufakis como negociador ante el Eurogrupo, la situación continua estancada.

A pesar de la insistencia del Eurogrupo en que Grecia reforme el insostenible sistema de pensiones y flexibilice su mercado laboral, el Gobierno de Tsipras parece hacer lo contrario: la semana pasada se aprobó la readmisión de casi cuatro mil empleados públicos, cuyos despidos el Tribunal Supremo declaró anticonstitucionales, según informan en Libre Mercado.

Varufakis volvió a declarar que su Gobierno tiene una idea distinta de las reformas de la que mantienen sus acreedores. Entre sus propuestas, la de crear un banco malo con los activos incobrables y un banco de desarrollo para conceder créditos a la estructura productiva.

Desde el Eurogrupo no se ven estas propuestas como aceptables, e insisten en el camino de la austeridad. Al no haber acuerdo, se descarta de momento el desbloqueo del último tramo del rescate griego, unos 7.200 millones de euros.

Entretanto, la banca griega sigue dependiendo del fondo extraordinario de liquidez y el país empieza a tener dificultades para atender a sus pagos. Aunque este martes ha abonado 750 millones de euros al FMI, se duda de que pueda cumplir con los sueldos y pensiones correspondientes al mes de mayo. En consecuencia, crece el riesgo de corralito bancario.

Tanto el FMI como la troika barajan distintas opciones, desde la quiebra de Grecia dentro del euro hasta la emisión de pagarés, sin descartar la salida del euro. En este sentido empiezan a oírse voces dentro del propio partido de la canciller alemana Angela Merkel, en la creencia de que sería beneficiosos para la unión monetaria.

La misma opinión empieza a cundir en Finlandia, en especial entre los miembros del partido euroescéptico Verdaderos Finlandeses, que formará parte de la nueva coalición del Gobierno finés.