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Las monedas sociales, una alternativa al el Euro

Un fenómeno financiero recorre España en busca de adeptos, seguidores y en definitiva, hacerse un hueco en el mercado. Las monedas complementarias se erigen alrededor de nuestra geografía y muchas de ellas pretenden seguir el ejemplo de países europeos, como Londres o Bruselas, donde tienen un importante reconocimiento social.

Las conocidas como monedas sociales se unen bajo una misma nomenclatura aunque cada una tiene una función y pertenece a realidades distintas. En la mayoría de casos, carecen de representación física aunque son reconocidas por pequeños grupos adheridos a las diferentes redes que hay en España.

Hace más de 55 años existe en Bélgica RES, una agrupación que tiene como objetivo principal dar apoyo a los negocios locales.

Su filial aterriza en Girona con el objetivo de activar el comercio local y aumentar las ventas de los negocios de la zona alrededor de un 5%.

Su funcionamiento es sencillo: un RES equivale a un euro. Con esta forma de pago, lo que se pretende es priorizar las compras entre miembros de la red, además de atraer a clientes particulares.

"Con nuestra moneda podemos comprar desde una barra de pan hasta un coche" [...].Estamos trabajando para tener colaboración con las instituciones", asegura Elisabeth Blanch, responsable de comunicación de RES que afirma que hacerse miembro de esta organización tiene numerosas ventajas y confía que a corto plazo crezcan más. Con 22.000 operaciones en 2013, la agrupación empresarial espera consolidarse este año.

La mayoría de estas iniciativas surge en contextos de crisis económica y todas comparten el objetivo de potenciar las economías locales, frente al auge de las multinacionales y grandes superficies. Para Álvaro Martín director de innovación de AFI, las monedas sociales "son una reacción ante una coyuntura económica, pero no son una bandera de protesta". A las voces críticas con el modelo económico actual, Álvaro cree que el problema no está en el modelo, "no hay que cambiar el modelo actual. El euro tiene muchas ventajas, es la moneda idónea".
Por otro lado, están los que defienden que las monedas sociales no son una solución a la crisis. "Estas monedas sociales suponen un paso hacia atrás en el desarrollo de los países, es muy local...por tanto no tienen concreción. A lo sumo, sirven para complementar, pero nada más allá", asegura José García Montalbo, profesor de economía de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona.

REAS Madrid, formada por 20 entidades y una red de seis cooperativas, desarrolla un mercado social en la capital. La promoción de útiles financieros éticos y alternativos o el establecimientos de redes colaborativas son sus principales líneas de actuación. "Nuestro objetivo es conectar la economía real para construir un mercado social, basado en la democracia", asegura Fernando Sabin, perteneciente a la comisión gestora de la organización.

Todos coinciden en la escasa visibilidad que tienen actualmente estas monedas en España, y desde las organizaciones trabajan para extenderse a otras comunidades autónomas, como RES Girona. "Para este nuevo año tenemos pensado extendernos al resto de España", asegura Elisabeth.

Con una filosofía parecida, a los pies del Montseny, en la región catalana de Al Congost, desde hace varios años, los vecinos de estas localidades compran bienes e intercambian servicios usando la moneda "Eco". "Con esta moneda, logramos que la riqueza se quede en el comercio local, con la crisis necesitamos el apego mutuo, porque no hay crédito", asegura su promotor, Eduard Folch.

El Ayuntamiento de Tagamanent (Girona), con una población de 320 habitantes pertenece a la red social ECO. "Con la crisis, surge la idea de colaborar con ellos. Al ser un municipio pequeño, se sobredimensiona las necesidades de la gente, por eso consideramos que era una buena oportunidad para los vecinos y acercar a todos un poco. Nuestro objetivo es la cooperación común" asegura Ignasi Martínez, alcalde de Tagamanent".

Ignasi ha impulsado formas de implicar a la institución, aunque asegura que muchos aún no confían en esta nueva forma. Aún así, pretenden ir más allá, "es complicado porque hay muchos tabús, pero si conseguimos, por ejemplo, que un impuesto municipal se page en ECO y fomente que los vecinos se tengan que adherir a la red, lograremos una masa crítica suficiente para poder crecer".

Fuente: Radio Polar

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