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Letonia ofrece una ruta al crecimiento de la eurozona

De estar prácticamente agonizante, a renacer. Después de los temores de la disolución de la eurozona en 2012, este año es probable que los inversores oigan hablar más de su ampliación. Letonia tiene como objetivo unirse al club en 2014, con lo que se convertiría en el miembro número 18 del bloque y los líderes polacos insisten en la necesidad de acelerar sus preparativos de adhesión. Aunque esto hace pensar en cierto grado de confianza en la eurozona, sigue habiendo riesgos tanto para el bloque como para los países aspirantes.

Para Letonia, los beneficios de unirse a la eurozona seguramente compensen a los costes. El lat está estrechamente vinculado al euro y el sistema financiero del país utiliza la moneda única en el 90% de sus préstamos y en el 50% de los depósitos bancarios, según la agencia Fitch. Letonia ha encabezado las políticas de austeridad en Europa; en el fondo, podría decirse que ya forma parte de la eurozona, aunque la situación no se haya formalizado. Tal y como argumenta el Banco Central de Letonia, la pertenencia al euro puede incrementar las exportaciones, eliminando además los costes de conversión monetarios.

No obstante, Letonia todavía necesita solicitar formalmente su adhesión. Aunque espera cumplir con los requisitos financieros contemplados en el Tratado de Maastricht, la decisión de incorporarse a la eurozona es, sin duda, política, por ambas partes. Hay sondeos que insisten en el escepticismo de los letones con respecto a su pertenencia al euro; uno de los partidos de la oposición es favorable a la convocatoria de un referéndum, una decisión que el primer ministro, Valdis Dombrovskis, considera innecesaria.

El recorrido para otros países del Este de Europa interesados en pertenecer a la eurozona es más largo. El primer ministro polaco, Donald Tusk, apeló en diciembre a una aceleración de los preparativos de adhesión a la eurozona como forma de reforzar la idea de que Polonia forma parte del núcleo de Europa. No obstante, el ministro de finanzas, Jacek Rostowski, cree que la zona euro necesita primero una reestructuración para que la entrada en el bloque sea segura. En cuanto a la República Checa, en diciembre el país decidió no fijar una fecha de adhesión a la eurozona, recordando el aumento del coste que hay que pagar para pertenecer al bloque debido a la magnitud de los fondos de rescate como el Mecanismo Europeo de Estabilidad.

Por su parte, es lógico que a los actuales miembros de la eurozona les preocupe la incorporación de economías más grandes, ya sea por las proporciones que alcanzarían los posibles futuros fondos de rescate o por las complicaciones que puede entrañar la política del bloque, ya de por sí difícil de manejar. Dicho lo cual, la ampliación de la eurozona también puede considerarse un síntoma de vitalidad y una confirmación de la estabilidad del futuro del euro. Esto se convertiría en un importante activo para los líderes de la eurozona.

Lea el artículo original publicado en The Wall Street Journal Europe Latvia.Offers a Route to Euro-Zone Growth.


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