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La crisis del euro condiciona el referéndum irlandés sobre el tratado europeo

Los irlandeses acudirán el 31 de mayo a las urnas para ratificar el nuevo tratado de la Unión Europea (UE), una consulta que, aunque no tendrá efecto sobre su entrada en vigor, se considera en este país como un referéndum sobre el euro.

Ese ha sido el mensaje que ha lanzado el Ejecutivo de coalición entre conservadores y laboristas desde que supo que la adhesión de Irlanda al nuevo pacto comunitario sobre disciplina presupuestaria le obligaría a convocar un plebiscito.

En el pasado, el "no" de los irlandeses en otras consultas populares a otros tratados provocó tensiones entre Dublín y Bruselas y paralizó el avance del proyecto europeo.

Ahora, dice el Gobierno, el rechazo a un texto comunitario que impone estrictas reglas sobre las políticas económicas nacionales solo perjudicaría a este país, que sobrevive gracias a un rescate de la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) cuantificado en 85.000 millones de euros.

Según los expertos, si Irlanda decide quedarse fuera del pacto, no podría acceder a los fondos del Mecanismo Europeo de Estabilización Financiera en caso de que necesite más dinero o, en el peor de los casos, un segundo rescate.

Aunque seguiría formando parte la zona euro, añaden, su posición quedaría seriamente dañada, sobre todo cuando Dublín confía en regresar el próximo año a los mercados de deuda internacionales para buscar fuentes de financiación independientes.

De momento, el llamado "argumento del miedo" parece haber calado entre los irlandeses.

Cuando aún no ha comenzado la campaña, una encuesta el pasado fin de semana en el dominical "The Sunday Business Post" otorgaba a los partidarios del "sí" un apoyo del 49 por ciento frente al 33 por ciento de "noes", mientras que los indecisos llegaban al 18 por ciento.

Aunque la ventaja inicial parece clara, otros plebiscitos celebrados anteriormente en Irlanda sobre tratados europeos han demostrado que las campañas tienden a confundir al electorado al presentar distintos argumentos y el resultado final puede ser imprevisible.

El viceprimer ministro irlandés y titular de Exteriores, Eamon Gilmore, aseguró hoy que el Gobierno pondrá en marcha "una amplia campaña para asegurar que los votantes son informados sobre el contenido del tratado".

"Esto, a su vez, generará un verdadero debate sobre las decisiones que, como país, tenemos que tomar respecto a este asunto", afirmó el dirigente laborista.

El Ejecutivo contará con el apoyo del tercer partido irlandés, el centrista Fianna Fail de Micheál Martin, quien indicó hoy que la ratificación del tratado es "buena para Irlanda" y para "la zona euro".

"Es extremadamente importante que se ofrezca de manera energética y proactiva la máxima cantidad de información", dijo Martin, miembro del anterior Gobierno durante dos sonoras derrotas en sendas consultas populares.

En 2008, los irlandeses rechazaron en un referéndum el Tratado de Lisboa, aunque un año después dieron el "sí" a un texto modificado.

Y en 2002, el electorado de este país aprobó en las urnas el Tratado de Niza, pero solo después de haberlo rechazado un año antes y obligar a introducir ciertos cambios en ese texto.

Como en aquellas dos ocasiones, un heterogéneo movimiento compuesto por grupos de izquierdas y ultraderecha se opondrá de nuevo a este texto europeo.

A la cabeza está el Sinn Fein de Gerry Adams, cuarta formación nacional, que sostiene que el tratado es "malo para Irlanda y para la UE", pues "institucionalizará" la política de austeridad que ahora impera.

El dirigente nacionalista recalcó hoy que las nuevas medidas de disciplina fiscal socavarán la soberanía del Parlamento nacional y otorgará más poder a Bruselas y a sus órganos de gobierno no democráticos.

Para el líder del Partido Socialista irlandés, Joe Higgins, una de las figuras más destacadas en anteriores campañas, el tratado propone un estado de "permanente austeridad" que provocará "más daños" irreparables en la economía nacional.

También acusó al Gobierno de acceder a incluir en el texto comunitario una cláusula que impide a los países que no lo ratifiquen a acceder a los fondos del Mecanismo Europeo de Estabilización Financiera.

EFE - Agencia EFE


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